
Tutsi, mi amigo Tutsi, que chico. Pobre, la verdad es que este chico no es muy afortunado ni en el amor ni en la familia. Os explico, su madre, Cristina, es una alemana con mucho carácter y poca paciencia. La última que le hizo fue dejarle una nota en su casa diciéndole que como nunca está en casa se iba. El pobre Tutsi me lo contó desesperado, ya que la madre no le cogía el teléfono y al final resultó que solo era un burdo escarmiento por fumar dentro de casa. En el amor, la verdad es que mucha suerte tampoco ha tenido ya que hace dos años que no... que no... bueno eso. La primera y última novia que tubo tenia treinta tacos, él solo veinticuatro, pero bueno tan desesperado estaba que no se le ocurrió otra cosa que llamarla y al final, ya se sabe, acabó pasando lo que él quería. Pero ahí no acaba todo, la más grande de sus desgracias estaba por llegar cuando estando el otro día sólo en su casa su gata saltó por el balcón y cayó muerta al patio del vecino del entresuelo. Imaginaros la cara del vecino cuando se encontró la gata muerta y chafada como una tortilla encima de la casita donde normalmente juega su hija con las barbies.
Mi amigo Iván, este chico es una máquina, lo que le falta a Tutsi, le sobra a Iván. Tiene una novia en Córdoba, y tres pretendientes en su misma calle. Las enumero para que os hagáis una idea: la primera es peluquera y trabaja en una peluquería de esta calle, la segunda es panadera y trabaja en la panadería donde compro el pan, es una rabalera de mucho cuidado, la tercera es una clienta, pero lo que ésta tiene de especial respecto al resto es que tiene treinta y ocho años, es decir, doce años más que él y anda loquita por sus huesos.
De quién os voy a hablar de ahora es de Jordi, amigo de Iván y Tutsi anteriormente citados. Jordi es un enfermo, padece una enfermedad llamada drogadicción. Ésta es una enfermedad muy grave de la que cuesta mucho salir, pero empecemos des del principio. Jordi tiene graduado escolar y es muy inteligente pero lo único que le pasa es que es muy vago. Trabaja en "MERCABARNA" descargando camiones y cobra una miseria, ciento veinte mil pesetas al mes, y todo se lo gasta en drogas: cocaína, hachís, marihuana, etc. Su novia es como él y es cajera en el mismo sitio. Su lema es sexo, drogas y drogas. Este chico está para que lo encierren en un centro de desintoxicación.
Cuando conoces este tipo de casos es cuando te das cuenta de lo afortunado que eres, de ser como eres y de no haber caído en un agujero tan profundo.