El intento de censura
Parece ser que el número de lectores de mi blog se ha incrementado notablemente, y mi post anterior ha creado polémica.
Lo cierto es que me parece gracioso, ya que la censura en este tipo de medios y en los tiempos en los que nos encontramos, es impensable.
El post anterior no debe ni puede crear ningún tipo de problema, tanto escolar como legal ya que reúne una condición que cualquier persona que tenga dos dedos de frente cumplirá siempre a rajatabla: nunca revelará el nombre del sujeto al que se calumnia, y más siendo del modo en el que yo lo hice, ya que en este caso no era necesario porque se sabe perfectamente que es él, ya que tras el mal gusto del mismo hay un fondo objetivo que nos lleva a dibujar su rostro en nuestra mente cuando lo leemos.
No obstante, puntualizar que me encuentro en total derecho de escribir lo que quiera y como me plazca ya que existen varias razones de peso que me conceden ese placer, uno de ellos es que él emplea adjetivos calificativos dirigidos a mí, a menudo más desagradables y contundentes que los que yo usé, y nadie le llama la atención cuando lo hace, que lo hace.
Por tanto a mi se me plantea la siguiente cuestión: “¿Por qué a mi se me llama al orden y a él no?”
La respuesta podría ser que se me considere más inteligente a mí que a él. Si es así, a eso me permito el objetar que aunque yo sea bastante más templado que él, no debe perderse NUNCA la equidad entre personas.
Y finalmente clausuro el tema comunicando que no aceptaré, de ningún modo, y no queriendo decir que haya existido, el más mínimo intento de censura ya que me encuentro amparado por la actual Constitución, vigente desde 1978 enunciando la misma lo siguiente en el artículo 20.1:
Lo cierto es que me parece gracioso, ya que la censura en este tipo de medios y en los tiempos en los que nos encontramos, es impensable.
El post anterior no debe ni puede crear ningún tipo de problema, tanto escolar como legal ya que reúne una condición que cualquier persona que tenga dos dedos de frente cumplirá siempre a rajatabla: nunca revelará el nombre del sujeto al que se calumnia, y más siendo del modo en el que yo lo hice, ya que en este caso no era necesario porque se sabe perfectamente que es él, ya que tras el mal gusto del mismo hay un fondo objetivo que nos lleva a dibujar su rostro en nuestra mente cuando lo leemos.
No obstante, puntualizar que me encuentro en total derecho de escribir lo que quiera y como me plazca ya que existen varias razones de peso que me conceden ese placer, uno de ellos es que él emplea adjetivos calificativos dirigidos a mí, a menudo más desagradables y contundentes que los que yo usé, y nadie le llama la atención cuando lo hace, que lo hace.
Por tanto a mi se me plantea la siguiente cuestión: “¿Por qué a mi se me llama al orden y a él no?”
La respuesta podría ser que se me considere más inteligente a mí que a él. Si es así, a eso me permito el objetar que aunque yo sea bastante más templado que él, no debe perderse NUNCA la equidad entre personas.
Y finalmente clausuro el tema comunicando que no aceptaré, de ningún modo, y no queriendo decir que haya existido, el más mínimo intento de censura ya que me encuentro amparado por la actual Constitución, vigente desde 1978 enunciando la misma lo siguiente en el artículo 20.1:
Artículo 20
1. Se reconocen y protegen los derechos:
a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.
[...]
Por tanto tengo DERECHO, aún no siendo ésto ético según pareceres, a difundir mis pensamientos igual que cada uno de los ciudadanos.
Buenas noches y hasta mañana.
Buenas noches y hasta mañana.
3 Comments:
Odio la censura en cualquiera de sus manifestaciones.
Saludos.
(Deberíais hacer las paces, siempre queda bonito...y resulta reconfortante. Créeme)
LOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL has pegao un cacho de la constitución jajajajaj
Me encanta que me comentéis, pero también me gustaría saber quiénes sois los que lo hacéis, así que porfavor, firmad.
Gracias!!!
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