Sarcasmo

No podía creerlo, portaba sobre mis manos un estupendo, muy estilizado y enorme seis exclamado y circunscrito con una muy cuidada y premeditada elaboración de su perfecto y continuo trazo. Además, éste venía acompañado de una cariñosa dedicatoria que parecía haber sido elaborada de forma estándar, cuyo trasfondo tocó mi corazón debido al carácter tan profundo y filosófico de esas palabras.
Para celebrar ese bonito momento de mi vida, decidí irme a tomar unas copas con los amigos para encaminar mi vida de aquí en delante de otro modo.
Desde la silla de resignación se produce la despedida, mientras don Bosco mira con la misma amargura de siempre, contemplando como todo se hunde.
Buenas noches y hasta mañana.