04 agosto, 2006

Egoísmo veraniego


Parece alucinante lo que supone la experiencia vital, y lo que es el aprender a tratar con la gente. La experiencia y el transcurso de la vida te da una experiencia que no se puede adquirir con el estudio, con el aprendizaje teórico, sino que es una mezcla de todo como un conjunto.
En mis diecisiete años de vida he aprendido más o menos sobre el trato con las personas y soy una persona más o menos social, pero, lo que no te deja de sorprender es la hipocresía y la manera de moverse de la gente, que lo hace por interés.
No sé si es que yo soy demasiado bueno, modestia a parte, o demasiado tonto. Creo que las dos. Lo cierto es que la gente ya no piensa en quedar bien o mal, ser buena o mala persona, responder con lo que te da el prójimo, sino que lo que importa es divertirse, vivir la vida y escalar en la sociedad de modo que si deben dejar a alguien por el camino, lo hacen. Y no es que yo sea un tipo materialista, pero creo que las relaciones sociales se basan en un abstracto “das tu, doy yo; doy yo, das tu”
También están los que nada más piensan en su propio bienestar y el de que los que realmente le importan mucho, y el resto, sinceramente, les pueden dar por culo.
Suena triste, me diréis, pero cuando empiezas a descubrir lo que conlleva el simple hecho de vivir y tratar con cierto tipo de personas, y verdaderamente es deprimente. Aunque este sentimiento no es generalista, ya que también conozco a un montón de personas que valen mucho la pena: David, Juanma, Iván, Cristian, etc, etc, pero no sé porque (como habréis comprobado esta noche estoy muy impreciso e inculto) el cuerpo, o mejor dicho, la cabeza, siempre tira a explicar o lamentarse de lo negativo.
Que paséis un feliz verano.

Buenas noches y hasta mañana.