16 febrero, 2006

Un descojone total


Desde luego, yo no sabía que iba a ser así. Sé que tengo una manera un poco peculiar de aplaudir pero nunca pensé que fuera a impresionar tanto. Abel, Amanda, Niki, etc. se descojonaban de risa ante mis palmadas, Herranz también lo hacía, nunca sin dejar de lado su mandato como profesor.
Total, que entre la ventanita que hacía un ruido de cagarse, y el descojone de las palmaditas, el día no se ha hecho tan largo.

Buenas noches y hasta mañana.