19 noviembre, 2005

El fin de semana del Barça - Madrid


Hoy ha sido un día un tanto peculiar.
Me he levantado pronto, 10.50 siendo las 13.00 la hora usual de los sábados. Pero ésto no ha sido lo más especial que me ha pasado hoy. He tenido una de esas odiosas comidas familiares a las que todos acuden pero nadie se soporta. Hemos ido a un restaurante super mega pijo pero igual de pijo que de desastre. Los camareros eran todos extrangeros y no se enteraban de nada. Había un que parecía ser del este, rumano, ruso, y además gilipoyas. Le pides unos canelones y te trae una fideuá, la cual te tienes que comer si no quieres esperar una hora a que te cambie el plato que, seguro que te hacen esperar para que te pienses que la comida la hacen al momento y no es del día anterior, lo cual yo creo.
Cuando he salido de semejante antro, he tenido que coger el metro con mi hermano e irme a estudiar, la cualk cosa odio, a mi casa. Llegadas las siete de la tarde, he salido para dirigirme a Santa Coloma, o Santa que mola para los que viven allí. Siendo un normal viajero en el metro, me he caido por culpa del inútil del conductor llevandome por detrás a una pobre ancianita a la cula no había cedido el sitio un musulmán, así llamado cariñosamente, o moro como le llaman aquí. Luego he tenido que subir el cacho de cuesta que lleva hasta la casa de mi amgigo Juanma el cual despúes de todo lo ocurrido me ha hecho la bromita de hacer como que no meoye por el interfono. En éste momento me encuentro en su ordenador escribiendo lo que me ha pasado y preparéndome psicológicamente por lo que se me pueda aventurar para esta noche.

Buenas noche y hasta mañana.